Aprender del conflicto

En primer lugar, un saludo a todos los compañeros y compañeras que comparten este MOOC. Estoy seguro de que juntos lograremos avanzar en este asunto tan importante como es la convivencia en las aulas. Espero poder contribuir con alguna idea y deseando estoy de aprender de vuestra experiencia.

Nos lanzan preguntas sobre la convivencia escolar, su importancia en la escuela, sus ventajas o desventajas, …

Mi primera reflexión va dirigida a hablar del conflicto. Vivimos en comunidad (crecemos con otros, aprendemos con otros, nos educamos con otros…) y ello conlleva inevitablemente conflictos.  Creo que el conflicto es una oportunidad para aprender y que haríamos mal en intentar evitar por todos los medios que se produzcan.  No lo lograremos. El conflicto es consustancial a la convivencia.

El problema es que confundimos conflicto con violencia y no es lo mismo.  La violencia la entiendo como la consecuencia de un conflicto, como su parte final más impactante y llamativa y, por tanto, debemos entender el conflicto como un proceso. 

La clave está en educar para solucionar conflictos desde el conflicto mismo, desde sus primeras manifestaciones (silenciosas, difuminadas, casi imperceptibles…) y no esperar al estallido final (el acto violento, la agresión, el insulto…).

¿Qué cómo se hace eso?  Puedo equivocarme, pero si tengo que mojarme: con dinámicas cooperativas en el aula. El trabajo cooperativo ayuda a conocer a los demás, a ponerte en lugar del otro; a escuchar y ser escuchado, a ser tolerantes, a trabajar juntos, a contar con el compañero/a para poder lograr tus objetivos, a ayudar y ser ayudado, a sentirse aceptado… Frente a la competición o el individualismo, una escuela cooperativa ayudaría a mejorar la convivencia en el aula.  Otro asunto es que no es tarea fácil viendo el entorno social que nos rodea.

Por mucho reglamento de régimen interno, por muchas medidas disciplinarias, por muchas órdenes y normas en un papel (aun siendo necesarias) no creo que se mejore la convivencia. Suelen contribuir a que crezca la espiral de “violencia".  Todos sabemos para qué sirven muchos de esos "papeles" que guardamos en los centros educativos.  Nuestra autoridad como maestros/as no es nuestra capacidad para hacernos obedecer. Muy al contrario, la autoridad se gana con el ejemplo ante los alumnos y enseñándoles  a resolver situaciones conflictivas (haciéndoles partícipes, no solo “echando sermones”) . A convivir se aprende conviviendo. Solo desde el conflicto podremos educar para aprender a resolverlos. Pero los tiempos en la escuela no siempre ayudan. No tenemos mucho tiempo para casi nada: nos reunimos mucho pero no trabajamos juntos, nos cruzamos por el pasillo pero no sabemos qué hace nuestro compañero/a dentro del aula, demasiadas carreras y pocos espacios de reflexión.